La conservación de los dientes de leche es la base para asegurar unos dientes permanentes sanos. Por lo tanto, a pesar de que se vayan a caer debemos cuidarlos, es decir realizar una correcta higiene, lavándose 3 veces al día los dientes haciendo especial hincapié antes de irse a la cama y visitar periódicamente al odontólogo.
Si se detecta una caries y el diente de leche está a punto de caerse, no tiene ningún sentido empastarlo. Pero si la previsible caída del diente está aún lejana en el tiempo, lo conveniente es empastar.
Si esto no se realiza las consecuencias pueden ser:
– Daño al diente permanente afectando a su formación y erupción
– Inflamación e infección produciendo dolor y malestar en el niño
– Pérdida prematura del diente temporal dejando un espacio libre, con lo que el resto de los dientes pueden tender a moverse y provocar maloclusiones.
Si la pérdida prematura es inevitable deberá acudir a la odontopediatría para la colocación de un mantenedor de espacio y evitar que se cierre y dificulte la erupción de la pieza definitiva.
Llámanos al 944 424 747.O si lo prefieres te llamamos: