Respirar por la nariz sería lo normal y fisiológico. Respirar por la boca, en cambio, respirar por la boca puede esconder alguna alteración, y puede tener consecuencias en el crecimiento facial y sobre la salud general.
A nivel local, la cara, la boca y las arcadas dentarias serán más estrechas de lo normal, pues al tener la boca abierta para respirar, la lengua desciende y el paladar, durante el desarrollo, se estrecha. Presenta también apiñamiento dental por falta de espacio. Además la boca se reseca al entrar el aire, evitando que la saliva la proteja y facilitando la aparición de caries e inflamación de las encías.
A nivel general puede desarrollarse una apnea del sueño, puede cursar con presión arterial alta, cansancio diurno y falta de concentración en los estudios. Puede incluso conducir a un cuadro de déficit de atención e hiperactividad.
La respiración bucal suele producirse por disarmonías esqueléticas, labios cortos, hábitos o por una obstrucción de las vías aéreas superiores debido a diversas causas como desviación del tabique nasal, pólipos, agrandamiento de las anginas, malformaciones o inflamación de la mucosa nasal por alergia.
El tratamiento es multidisciplinar, interviene el otorrinolaringólogo, logopeda y el ortodoncista cuando aparecen defectos en las arcadas dentarias.
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