La succión digital es un hábito muy común en la infancia, se inicia durante el primer año de vida y suele continuar hasta los 3 o 4 años de edad. La forma más común de succión digital es la del dedo pulgar sosteniéndolo en posición vertical con la uña dirigida hacia los dientes inferiores.
Los efectos típicos de la succión incluyen la protrusión de los incisivos superiores, la retroinclinación de los incisivos inferiores con el consiguiente aumento del resalte dental, y la mordida abierta anterior, que normalmente es asimétrica y más pronunciada en el mismo lado del dedo succionado. Además se suele producir un estrechamiento de la arcada superior debido a la actividad de la musculatura de las mejillas. Esta compresión del maxilar superior conduce con frecuencia a una mordida cruzada unilateral.
Este hábito hay que eliminarlo antes de los 3 años de edad, si no es así, se pueden modificar la posición de los dientes y la relación y forma de las arcadas. Recomendamos el uso de chupetes anatómicos, en los primeros meses del niño para evitar la adquisición del hábito.
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